Taller de Python se tomó las vacaciones de invierno en la Facultad CFM
Con una exitosa convocatoria se realizó el Taller de Python Invierno 2018, donde 40 jóvenes y adultos de diversas edades aprovecharon sus vacaciones de invierno para aprender este lenguaje de programación, que destaca por ser ágil y sencillo, pero por sobre todo muy útil a la hora de dar sentido a datos de las más diversas áreas.
El curso que se realizó del 23 al 27 de julio, tuvo por objetivo que los estudiantes se familiarizaran con el lenguaje de programación Python y vieran sus potencialidades. Esta herramienta se caracteriza por ser transversal y contar con bibliotecas para diversas especialidades, como física, química, biología, matemática, por nombrar otras.
“La idea es que conozcan las herramientas básicas con las que funciona el lenguaje, porque a partir de eso pueden aplicarlo a módulos específicos a casi la gran mayoría de las áreas, tanto de la ciencia, como en humanidades. Yo creo que el taller les va a dar una visión general para que después cada uno, de acuerdo con sus intereses, pueda profundizar en lo que necesite”, señaló el Dr. Guillermo Rubilar.
Sin duda, los más entusiasmados con el taller de Python fueron los asistentes. Rodrigo Mendoza, estudiante de Arqueología de la Universidad Católica de Temuco, viajó exclusivamente desde la capital de la Araucanía para aprovechar esta oportunidad. “Creo que aplicar la informática a la arqueología es súper interesante. Revisé el temario de lo que ofrecía el taller y me di cuenta de que sería muy útil para ayudarme con mi tesis de grado. Además, los temas que trataron no los he visto en ninguna otra parte del sur. Aprendí muchas cosas, y a pesar de que estoy familiarizado con la programación fue bastante fructífero”.
En este sentido el académico Sebastián Niklitschek, quien también fue uno de los encargados de dictar el taller, destacó las ventajas de manejar esta herramienta. “La lógica de la programación les va a permitir resolver distintos tipos de problemas, que pueden estar relacionados con la implementación de un código en Python o un código totalmente distinto que puede ser resuelto en papel. Pero la estrategia de abordar el problema y dividirlo en tareas más pequeñas es la enseñanza más importante”, indicó.
Con tan solo 13 años, Nicolás Ulloa fue el estudiante más pequeño del curso, pero pese a su corta edad, ya conocía el mundo de la programación. “Mi primo estudió acá en la Universidad, entonces como él sabía que yo hice un curso de Arduino, me invitó a participar. Lo que más me ha gustado es aprender nuevas cosas para programar, porque Python tiene otras variables. Me gusta programar porque puedo hacer muchas cosas y es entretenido”, dijo Nicolás.
“Estas herramientas ya no son el futuro, son el presente. La competencia dentro de los trabajos es alta, y estas herramientas te permiten tener una alta eficiencia, generar valor agregado de lo que tú haces, te asisten en la toma de decisiones frente a mucha información de la que hoy día nos encontramos bombardeados. Entonces es muy útil tener herramientas computacionales que nos ayuden a procesar esa información”, añadió Alexis Salas, Doctor en Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción y académico del taller.
Esta iniciativa se gestó gracias al trabajo colaborativo de “1024 programadores desde el Biobío”, junto a la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción y el auspicio de Corfo y PF Alimentos.
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